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March 26, 2021 | TICK HISTORY
ABCD: el futuro de los productos para servicios financieros

En vista del ritmo impresionante al que las empresas se están adhiriendo a los cambios, la Inteligencia Artificial, Blockchain, la nube y las soluciones digitales se han convertido en una especie de mantra entonado en la mayoría de los círculos empresariales y ya se conocen como el nuevo 'ABCD'.
- Los productos exitosos se centran en las personas que los utilizan. Es decir, la razón de ser, su finalidad, es solucionar un problema específico al que se enfrentan las personas.
- La consolidación observada en el sector financiero es evidencia suficiente de que las alianzas son la clave del éxito.
- Un servicio no puede intentar resolver todos los problemas por sí solo. Por lo tanto, una plataforma que admita la interoperabilidad entre múltiples soluciones es esencial para el complejo ecosistema de mercados financieros que vemos hoy.
El futuro de los productos para el sector financiero
Aunque el ABCD tiene muchos méritos –y su presencia es definitiva—, no estoy convencido de que hacer un seguimiento de estos avances tecnológicos sea suficiente para garantizar el éxito de los productos, ya que su aplicación, adopción y relevancia pueden variar significativamente.
Entonces, ¿cuál podría ser una buena estrategia para orientar a los gerentes de producto en el sector financiero?
La industria de servicios financieros, en particular, ha sido testigo de un aumento de la volatilidad y una ola de transformación.
Entre los cambios se encuentran que las empresas de adquisición de fines especiales (SPAC, por sus siglas en inglés) superaron las OPI tradicionales; empresas que prueban nuevas vías como cotizaciones directas, tanto para abrir como para obtener capital adicional; el volumen de acciones norteamericanas negociadas en el mercado extrabursátil (OTC) es casi igual al de los denominados “lit markets” (en parte debido al crecimiento del comercio minorista). Con tantas cosas sucediendo, he estado pensando en cuál podría ser la estrategia para guiar a los gerentes de producto, y creo que la respuesta es simple, y se basa en las 3 P, de personas, partnerships y plataforma.
1. Personas
Algunas filosofías orientales creen que la vida también existe en cosas inanimadas, y los productos seguro que tienen vida.
Los bienes de éxito se centran en las personas que los adoptan. Es decir, la razón de ser, su finalidad, es solucionar un problema específico al que se enfrentan las personas. Y aquellos que se desarrollan y perfeccionan constantemente, que apuntan a la motivación, los flujos de trabajo y la experiencia del usuario, siempre han tenido éxito y tienden a seguir así.
Este es un principio que debe acompañar a las personas que “prestan servicios” a los productos. Entre ellos se encuentran los desarrolladores que los codifican; ingenieros de control de calidad que prueban sus características y funcionalidad; equipos de ventas y marketing comprometidos con su promoción; y representantes de servicio al cliente que brindan todo el apoyo que se necesita.
Si todos estos profesionales mantienen un fuerte sentido de pertenencia, lograremos ese tipo de colaboración que solo vemos en los equipos deportivos más exitosos y un circuito de feedback muy activo. Esto, a su vez, permitirá detectar tendencias o limitaciones a lo largo del desarrollo del servicio, desde la etapa de idealización hasta la de solución.
Invertir en las personas es una oportunidad para que los productos tengan éxito y se diferencien en un futuro lleno de factores aún desconocidos.
2. Partnerships
La consolidación observada en el sector financiero es evidencia suficiente de que las alianzas son la clave del éxito.
Probablemente hemos superado la época de las ofertas patentadas y, en el entorno empresarial dinámico actual, donde el tiempo es dinero, los productos que intentan «hacerlo todo" se enfrentan a un dilema debido a los constantes cambios en el panorama del mercado.
Creo que antes de desarrollar algo, es necesario plantearse unir fuerzas con otras empresas para atender a los usuarios comunes y, en algunos casos, la oferta consolidada puede incluso superar el espacio existente en el mercado.
Para afirmar lo obvio, las asociaciones exitosas (así como las relaciones) no requieren que las partes sean idénticas, pero es importante capitalizar las fortalezas de cada uno. En el universo de productos, esto significa ofrecer una solución en la que la oferta combinada sea siempre mejor que la individual.
Un buen ejemplo de este tipo de sinergia son los servicios de datos prestados a través de la nube pública, donde el análisis se realiza en tiempo real, ahorrando a los usuarios finales las complejidades que rodean el movimiento de datos, la operación de la infraestructura ETL y el almacenamiento.
3. Plataformas
¿Recuerda una empresa que durante años dominó el mercado con su motor de búsqueda, servicios de correo electrónico y mensajería y aún así terminó cerrando?
Como podemos contar con estos casos anteriores para guiarnos, creemos hoy que una estrategia de plataforma de producto limitada o inexistente fue la razón por la que a estas empresas les fue tan mal. Explico: en algún momento habría sido muy caro para la empresa ofrecer y cuidar productos individuales en silos, sin una plataforma.
En un momento en el que la participación de mercado se está democratizando cada vez más (en parte debido a negociaciones con cero comisiones y acciones fraccionadas), para mantenerse altos, los productos deben ser livianos, estar disponibles a través de una plataforma robusta que pueda escalar las demandas de diferentes usuarios y que sea simple para ser utilizado. Además, los datos que ofrecen deben provenir de múltiples fuentes, en una combinación perfecta.
Un servicio no puede intentar resolver todos los problemas por sí solo. Por lo tanto, una plataforma que admita la interoperabilidad entre múltiples soluciones es esencial para el complejo ecosistema de mercados financieros que vemos hoy.
Como ven, las 3 P no son más que lo básico y, siguiendo lo que se dice en los deportes, lo básico es la estructura del juego. Creo, por tanto, que las 3 P funcionan como una herramienta útil para orientar estrategias para productos de servicios financieros (o en cualquier otro sector).