- Inicio
- Blog Refinitiv
- Inversiones y Trading
- Finanzas sostenibles: ¿qué desafíos quedan por delante?
July 19, 2022 | FUTURO DEL INVESTMENT RESEARCH
Finanzas sostenibles: ¿qué desafíos quedan por delante?

Incluso en medio de los desafíos planteados por la mayor crisis de salud pública en más de un siglo, el año pasado ha demostrado ser un año decisivo para las finanzas sostenibles, situando al sector en un camino de crecimiento sólido. En el futuro, sin embargo, es necesario enfocarse en las barreras que aún impiden que este mercado alcance su máximo potencial.
- El año 2021 fue excepcional para los valores sostenibles, incluyendo los verdes y los sociales.
- Todavía hay poco consenso sobre los datos ESG, por lo que en gran parte del mundo la divulgación es voluntaria. Sin embargo, esto parece estar cambiando.
- La comunidad de las finanzas sostenibles tiene una serie de desafíos por delante, como el apoyo a las llamadas industrias intensivas en carbono para que reduzcan sus emisiones de CO2.
Para que el sector de las finanzas sostenibles siga en su camino de crecimiento, es necesario, en primer lugar, abordar las dificultades continuas relacionadas con los datos ESG; identificar las mejores formas de financiar la transición climática; y establecer una alineación entre jurisdicciones para atender a los inversores y a los stakeholders que buscan la convergencia normativa.
Panorama actual de las finanzas sostenibles
Antes de profundizar en estos desafíos, es importante recordar lo que se ha conseguido hasta ahora en el mercado de las finanzas sostenibles:
● La emisión de títulos sostenibles superó por primera vez 1 billón de dólares durante 2021, un aumento del 45% en comparación con 2020, y un récord histórico. Como un porcentaje de los rendimientos de los Debt Capital Markets (DCMs) globales, los títulos sostenibles representaron el 10% de la actividad general de este segmento en 2021, por encima del 6,6% del año anterior.

● A lo largo de 2021, la emisión de bonos verdes ascendió a 488.8 mil millones de dólares, casi el doble del nivel de 2020 y un máximo histórico. Las categorías de títulos sostenibles y sociales alcanzaron máximos históricos el año pasado.

● Según datos de Lipper, a lo largo de 2021 los activos gestionados (AUM) en fondos ESG aumentaron un 17%, hasta los 7,018 mil millones de dólares -lo que se compara con el crecimiento del 12,7% en el mercado general de fondos-. El año pasado, el flujo de inversiones en fondos ESG llegó a los 814 mil millones de dólares.
● Este crecimiento fue respaldado por el buen desempeño de los índices financieros sostenibles subyacentes. Por ejemplo, el FTSE Environmental Opportunities 100, que concentra las mayores empresas globales con ingresos significativos procedentes de la economía verde, obtuvo una rentabilidad del 22,5% el año pasado, cuatro puntos porcentuales por delante del FTSE Global All Cap.
● La actividad de fusiones y adquisiciones de empresas sostenibles ascendió a 196.5 mil millones de dólares en 2021, más del triple de los niveles de 2020 y (otro) récord histórico. Casi 1.275 negocios fueron anunciados a lo largo del año pasado, lo que supone un aumento del 60% con respecto a 2020. En términos de número de negocios, China representó el 26% del total de la actividad en este segmento en 2021, seguida de Estados Unidos (13%), India (7%) y Reino Unido (5%).

Los factores que explican este crecimiento no sorprenden a nadie. La urgencia de evolucionar hacia una economía más sostenible debido al cambio climático ya no puede ignorarse, y la pandemia de Covid-19 sólo ha contribuido a reforzar esta percepción.
Esto ha alimentado las políticas y regulaciones gubernamentales en favor de resultados ambientales y sociales positivos. Paralelamente, el cambio en las preferencias de los consumidores y las innovaciones tecnológicas y en los modelos de negocio están creando mercados para bienes y servicios más sostenibles.
La combinación de todos estos factores ha contribuido a persuadir a los inversores de que un sólido desempeño ambiental, social y de gobernanza (ESG) es un pronóstico de buenos resultados financieros.
En este contexto, no cabe duda de que el mercado de la financiación sostenible seguirá creciendo. Sin embargo, los desafíos que aún rodean al sector dictarán la velocidad y la forma en que esto sucederá, así como la rapidez con la que lograremos hacer la transición a una economía global de bajo índice de carbono.
Consenso sobre los datos ESG
Tal vez el mayor desafío que enfrenta el campo de las finanzas sostenibles es la falta de estandarización y disponibilidad de datos ESG fácilmente ejecutables.
La falta de una norma reglamentaria global para estos elementos hace que la divulgación corporativa de los factores ESG sea voluntaria y, en consecuencia, desigual e inconsistente. Es decir, las empresas eligen qué datos comunicar y si lo hacen o no.
Llegar a un consenso sobre los términos de la difusión de informaciones ESG ha resultado algo difícil, pero me parece que hay una luz al final del túnel.
El pasado mes de noviembre, la International Financial Reporting Standards Foundation anunció la creación del International Sustainability Standards Board (ISSB). Este consejo tiene como objetivo desarrollar "una línea de base global completa" para las normas de divulgación de la sostenibilidad que atienda las necesidades de información de los inversores. El ISSB ya tiene previsto lanzar sus primeras normas, que abarcarán la divulgación del clima, en el segundo semestre de este año.
Aunque sea necesario, será bastante desafiante llegar a un consenso a partir de la "sopa de letras" que son los actuales marcos y modelos existentes. Es probable que este proceso sea más interactivo de lo que preferirían los defensores de las finanzas sostenibles. Pero si la ISSB puede sentar las bases para una divulgación corporativa ESG consistente y comparable, eliminará de una vez por todas una de las mayores excusas que algunos inversores siguen utilizando para no comprometerse con las finanzas sostenibles.
Financiación de la transición a la net zero
Un segundo desafío al que se enfrenta la comunidad de las finanzas sostenibles se refiere a su papel en la financiación del cambio hacia una economía global que sea net zero.
No se trata sólo de impulsar en general un futuro más verde. Identificar e invertir en la próxima generación de tecnologías que conduzcan a la net zero ha resultado ser la parte más difícil.
Y una de las tareas más difíciles es la de apoyar a las empresas intensivas en carbono en su transición hacia modelos de negocio más sostenibles, con una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Con qué rapidez deben exigir los inversores que las organizaciones se descarbonicen? ¿Y cómo diferencian entre una transformación corporativa sincera pero gradual y el greenwashing, que sólo pretende enmascarar el negocio?
A través de iniciativas como el proceso de benchmarking Climate Action 100+, los inversores están trabajando juntos para llevar a cabo evaluaciones prospectivas de las estrategias climáticas corporativas. Y la producción de informes corporativos cada vez más en línea con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera Relacionada con el Clima (TCFD) está ayudando a proporcionar a los participantes del mercado los insights necesarios para orientar las decisiones de inversión. Además, se están elaborando taxonomías que incluyen vías de transición, por ejemplo por el Grupo de Trabajo de la Industria Financiera Verde de Singapur.
Estos esfuerzos ayudarán a guiar a las empresas que tienen modelos de negocio de alto nivel de emisiones de carbono a migrar a la net zero. Sin embargo, todavía será necesario un mayor esfuerzo para persuadir a los inversores que ya se preocupan por la sostenibilidad de que pueden ayudar a financiar este proceso de transición sin ser acusados de invertir de mala fe.
Alineamiento entre jurisdicciones
Hay una serie de cuestiones reglamentarias que carecen de estandarización, sobre todo en relación con las definiciones, y esto es algo que está siendo repetido por los inversores y otros participantes en el mercado.
Las taxonomías, por ejemplo, pretenden orientar sobre qué inversiones pueden considerarse ecológicas. Pero hemos oído hablar de otras muchas taxonomías que se están desarrollando en todo el mundo.
Las implicaciones para los participantes del mercado financiero son significativas, ya que la mayoría de las organizaciones son globales por naturaleza y operan más allá de las fronteras. Para estas empresas, tener que cumplir con varias "definiciones" normativas puede ser costoso y arriesgado, además de no ofrecer la transparencia necesaria para combatir el greenwashing.
La mayoría de estas taxonomías se construyen sobre los mismos principios: basándose rigurosamente en la ciencia y adoptando clasificaciones dinámicas que cambian a medida que la economía real se transforma. Esto puede ser una base común para el trabajo de taxonomía en todas las jurisdicciones, asegurando así que se logre la alineación normativa y que el impulso visto en el sector de la inversión sostenible continúe en los próximos años.