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August 01, 2022 | INSIGHTS de inversión
Es hora de redescubrir la importancia de los intereses

En medio de la lucha global contra las altas tasas de inflación, analizamos en este post las causas y consecuencias del ambiente de tipos de interés ultrabajos de la última década y el papel de los tipos de interés en la estabilización de la economía.
- La inflación ha vuelto, y junto con ella también ha llegado una obsesión generalizada sobre la futura dirección de los tipos de interés.
- Esto, al fin y al cabo, no es sorprendente, ya que en el pasado un cierto ajuste monetario consiguió mantener los precios bajo control.
- Pero garantizar la estabilidad de los precios es sólo una de las muchas funciones de los tipos de interés. Y al descuidar estas otras funciones, estamos contribuyendo a la actual agitación de los mercados financieros.
El autor de este artículo es columnista de Reuters Breakingviews. Las opiniones expresadas aquí son personales.
James Grant, fundador de Grant's Interest Rate Observer, apodó a los tipos de interés como el "precio universal" porque desempeñan varios papeles.
En primer lugar, ellos representan la tasa de capitalización o de descuento sin la cual cualquier valoración sería imposible. Al fin y al cabo, como todo estudiante de finanzas aprende rápidamente, el valor actual de una empresa se calcula descontando los flujos de caja futuros.
"La anticipación siempre tiene un descuento", decía el escocés John Law a principios del siglo XVIII. El economista austriaco Ludwig von Mises observó que si los seres humanos no valoraran el consumo en el presente por encima del futuro, una manzana dentro de cien años valdría lo mismo que una manzana de hoy, lo que sería absurdo.
El impacto de los tipos de interés ultrabajos
El problema es que en los últimos años hemos visto muchos absurdos de este tipo.
Tras la crisis financiera global de 2008, los bancos centrales redujeron los tipos de interés de corto plazo a cero; sin mencionar Europa y Japón, que los bajaron todavía más. Asimismo, los tipos a largo plazo también cayeron.
Cuando las tasas de descuento se desplomaron, vimos, por supuesto, una gran inflación en los precios de los activos. Y las evaluaciones de las empresas, cuyos flujos de caja estaban respaldados en un futuro lejano, fueron las más beneficiadas. El resultado: todo este dinero fácil hizo subir los precios de los inmuebles en muchas ciudades del mundo.
Pero eso no fue todo. Los bajísimos tipos de interés de los últimos tiempos también han tenido otros efectos, aunque un poco menos evidentes.
Como es bien sabido, los tipos de interés incentivan el ahorro, lo que el economista inglés del siglo XIX Nassau Senior denominó " recompensa por la abstinencia". Sólo que el prolongado periodo de tipos de interés mínimos acabó deprimiendo el ahorro de los hogares en todo el mundo desarrollado.
Sin embargo, mientras los mercados financieros estaban en auge, nada de esto parecía importar.
Intereses y asignación de capital
El tipo de interés también influye fuertemente en la asignación de capital. Esto se debe a que si la tasa de rendimiento mínima exigida por los inversores es demasiado alta, las inversiones que valen la pena serán dejadas de lado. Pero, por otro lado, si es demasiado bajo, el capital se desperdiciará, lo que interrumpe el proceso de "destrucción creativa" que el economista Joseph Schumpeter (siglo XX) consideraba una característica esencial del capitalismo.
La explicación: los costos de préstamo muy bajos pueden ayudar a mantener vivas a las empresas que crónicamente no dan beneficios. Estas organizaciones, denominadas empresas zombi, se observaron por primera vez en Japón a finales de la década de 1990, época en la que el banco central del país redujo los tipos de interés a cero. Pero después de 2008, cuando los bancos centrales de Estados Unidos y Europa decidieron seguir el ejemplo japonés, el fenómeno se generalizó. Y según un estudio de la OCDE, las empresas zombis son en parte responsables del escaso crecimiento de la productividad en la última década.
El economista estadounidense del siglo XIX Arthur Hadley solía decir que el interés es el "precio que se paga por el control de la industria". Así, a lo largo de la última década, el financiamiento barato ha alimentado el ascenso de las grandes corporaciones norteamericanas, similares en muchos aspectos a los poderosos trusts creados por Wall Street en la época de Hadley. Uno de los problemas es que las empresas que dominan el mercado tienden a invertir menos, lo que contribuye a frenar la productividad.
En otras palabras, vemos aquí, una vez más, un efecto negativo de los tipos de interés sumamente bajos.
El "costo del efecto de palanca"
A veces, los intereses también se denominan "costo del efecto de palanca".
Las empresas norteamericanas han aprovechado el crédito de bajo costo para gastar billones de dólares en la recompra de acciones. A corto plazo, esta ingeniería financiera impulsó los beneficios y ayudó a subir los precios de las acciones, pero también dejó al sector empresarial más vulnerable a la subida de los tipos de interés.
Además del sector empresarial, los gobiernos de todo el mundo también se aprovecharon del dinero fácil. Según el Banco de Pagos Internacionales (BIS), la deuda de las economías desarrolladas ha crecido del 78% del PIB en 2009 al 115% a principios de este año.
Mientras tanto, desde la crisis financiera, los mercados emergentes se han endeudado aún más, con China a la cabeza. Como informa el BPI, la deuda total no financiera de la República Popular China era del 294% del PIB a finales de 2021, muy por encima del 154% de principios de 2009. Al menos, el crédito de China se autofinancia en su mayor parte, ya que otras economías emergentes se han endeudado mucho en el extranjero.
El poder regulador de los tipos de interés
Todo esto nos lleva a otra función de los tipos de interés que a menudo suele ignorarse: la de regulador de los flujos internacionales de capital.
La historia demuestra que cuando los tipos de interés en el centro del sistema financiero mundial están reducidos, el crédito fluye hacia los países en desarrollo, donde los tipos de interés son más altos. Sin embargo, cuando los flujos de capital se invierten, los tomadores de crédito altamente endeudados se ven obligados a incumplir.
En la actualidad, los inversores pueden arrepentirse de haber prestado a empresas y gobiernos excesivamente apalancados. No obstante, durante la última década, han tenido muy pocas opciones: la era de los tipos de interés ultrabajos los ha inducido a una carrera desesperada por la rentabilidad.
Investigaciones recientes sugieren que cuando los tipos de interés caen por debajo de un determinado nivel, los inversores asumen más riesgos para mantener sus ingresos, pero se trata de un comportamiento tan arraigado que en el siglo XVIII el economista napolitano Ferdinando Galiani ya llamaba a los tipos de interés el "precio de la ansiedad".
La cuestión es que ahora los tipos de interés están subiendo y los precios de los activos están bajando. Y obviamente las personas están despertando ante el hecho de que son menos ricas de lo que pensaban. Así que muchos se verán obligados a ahorrar más e incluso a posponer la jubilación.
Mientras tanto, los spreads de crédito corporativo se están ampliando y las operaciones de carry trades transfronterizas han caído en desuso. El costo del servicio de la deuda pública ya está aumentando, y varios mercados emergentes han entrado recientemente en default.
En resumen, la ansiedad del sector financiero es cada vez mayor. ¿Y adivinen qué dio lugar a este escenario? De nuevo, los tipos de interés ultrabajos de los últimos años.
El "precio del tiempo"
Toda actividad económica se desarrolla a lo largo de un periodo de tiempo. Y siempre es necesario algún mecanismo que garantice el equilibrio entre el ahorro y la inversión, que mantenga los precios de los activos alineados con los fundamentos y racionar el capital desalentando la toma de riesgos excesivos. Ese mecanismo es el interés, pero yo prefiero llamarlo "precio del tiempo".
Su aparición en Mesopotamia en el tercer milenio a.C. se considera la mayor innovación financiera de todos los tiempos. Pero hoy, lamentablemente, nos encontramos con las diversas consecuencias negativas provocadas por los tipos de interés más bajos de los últimos cinco milenios (¡sí, es verdad!). Y para que el capitalismo vuelva a prosperar, debemos redescubrir la importancia de los tipos de interés.