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October 08, 2021 | INSIGHTS DE INVERSIÓN

Cómo los benchmarks ecológicos de la Comisión Europea pueden transformar los mercados de capitales

Portrait photo of Elena Philipova, head of ESG proposition at Refinitiv
Elena Philipova
Director, Sustainable Finance, Data & Analytics, London Stock Exchange Group
Delphine Dirat
Delphine Dirat
Senior Manager, Industry and Government Affairs Sustainable Finance, LSEG

De todas las tareas que el Grupo de Expertos Técnicos (TEG) en Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea ha emprendido en los últimos años, la creación de índices de referencia de inversión verde fue probablemente la más importante.

1.   Los benchmarks ecológicos están diseñados principalmente para ayudar a evaluar las oportunidades de inversión frente a una lista de factores climáticos.

2.   Se añadirán a una estrategia de financiación sostenible más amplia de la Comisión Europea (CE).

3.   Sin embargo, algunos inversionistas aún no están seguros de la simplicidad de las pautas de estos puntos de referencia y de la medida en que continuarán permitiendo el "greenwashing".

Después de un largo período de trabajo del Grupo de Expertos Técnicos (TEG) en finanzas sostenibles de la Comisión Europea (CE) –que desde julio de 2018 se dedica a armar una estructura, consultando a los legisladores y a los distintos afectados para proponer una nueva legislación—, en abril de 2020 se publicó finalmente un proyecto de acto delegado para su consideración pública.

El 17 de julio de 2020, la CE adoptó oficialmente el reglamento técnico, encargado de establecer los requisitos mínimos de la metodología que regirá la “Transición Climática de la UE”, “Benchmarks de la UE alineados con el Acuerdo de París” y divulgaciones relacionadas con la sostenibilidad.

Estos estándares técnicos entraron en vigor el 23 de diciembre de 2020 y se unirán a la estrategia financiera sostenible más amplia de la UE una vez que los otros pilares (taxonomía, bonos verdes y divulgación) estén ya en aplicación.

Y como lo demuestra un estudio reciente de FTSE Russell, esta normativa permitirá la construcción inmediata de índices que puedan alcanzar los objetivos del TEG, sin dejar de ser flexibles para los ajustes futuros que puedan ser necesarios.

Obtenga más información sobre los FTSE EU Climate Benchmark Indexes

¿Para qué sirven los benchmarks ecológicos?

Los benchmarks ecológicos están diseñados principalmente para ayudar a evaluar las oportunidades de inversión frente a una lista de factores relacionados con el clima. También se espera que aborden el riesgo de “greenwashing” (traducido al español como “maquillaje verde” o “lavado verde”), práctica en la que los productos financieros se venden como "verdes" o “sostenibles" a pesar de que no siguen los estándares básicos para tal.

Estos puntos de referencia vienen en dos versiones, lo que permite a sus proveedores ofrecer benchmarks compatibles tanto con la Transición Climática de la UE (CTB de la UE) como con las disposiciones descritas en el Acuerdo de París de la COP 21 (PAB de la UE).

Esto indica que, en definitiva, los benchmarks elaborados por terceros deberán cumplir con diversas reglas para ser etiquetados como índices climáticos de la UE. Entre ellas, la más importante es la necesidad de equilibrar las asignaciones a sectores o empresas que contribuyen en gran medida al cambio climático (como empresas de extracción de petróleo o las que tienen instalaciones alimentadas con combustibles fósiles) con el resto de sus carteras.

Además, los índices que deseen recibir el sello de la UE también tendrán que excluir los activos que “afecten significativamente” objetivos ESG más amplios.

Hay muchos detalles sobre lo que esto quiere decir en términos estrictamente técnicos, pero en resumen, significa que todo lo etiquetado como un "benchmark climático" debe tener la responsabilidad del monitorear a las empresas tabacaleras, los fabricantes de armas polémicos y cualquier empresa que infrinja el Pacto Global de la ONU. También hay que informar una serie de otros factores ESG, incluido el equilibrio de género en la fuerza laboral, como juntas y equipos de gestión; prácticas de due diligence; esfuerzos anticorrupción y buenas políticas de gobierno corporativo.

Otro punto importante es la divulgación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos deben incluir datos de Alcance 1, 2 y 3 y ser al menos un 30% más bajos (o un 50% para los Paris-Aligned Benchmarks (PAB) más estrictos) que las emisiones del universo general de las inversiones. Una "proporción de participación verde/marrón" que rastrea cómo se descarbonizan los activos es otra herramienta que puede incluirse en las reglas.

¿Qué cambia para los inversionistas?

La Comisión Europea afirma que, al utilizar métricas como la intensidad de los gases de efecto invernadero y la capitalización de mercado para seleccionar activos, garantiza la uniformidad entre sectores y no discrimina a determinadas industrias.

El estudio FTSE Russell, ya mencionado anteriormente, analizó un EU PAB (el FTSE All-World Paris-Align Benchmark) y, según lo establecido por el TEG, empleó el marco de exposición objetivo del FTSE durante un período de 10 años (de 2009 a 2019). La encuesta encontró que el índice FTSE All-World PAB resultante logró una reducción del 50% en las emisiones de carbono en comparación con el índice FTSE All-World –y que, a finales de 2019, las emisiones estaban a la mitad del nivel de 2009, cumpliendo con el requisito de la UE de reducirlas en un 7% anual.

Otros beneficios del índice FTSE All-World PAB incluyen: duplicar la proporción de ganancias ecológicas en comparación con el índice FTSE All-World; capacidad para incorporar evaluaciones prospectivas de riesgo climático antes que las empresas; y poder para ampliar el enfoque para cumplir con los requisitos del CTB, como también se establece en el informe TEG.

Yang Wang, el autor principal del estudio, escribió que el índice construido "pudo lograr todos los objetivos requeridos en el informe TEG y examinar las fuentes de desempeño superior durante el período".

Algunos inversionistas dicen que es un enfoque contundente en algunos aspectos, en particular con respecto a cómo el marco propone índices de capitalización de mercado ponderados en relación con la descarbonización. Otros dicen que sería posible ir más allá y pedir que las trayectorias de las emisiones tengan en cuenta los resultados económicos reales, en línea con otras iniciativas importantes.

Y, como destacó una declaración de State Street Global Advisors, es probable que la implementación de los reglamentos técnicos de TEG provoque alguna interrupción. “Para los inversionistas que actualmente no tienen ninguna forma de gestión del riesgo climático, esto será aún peor”, agrega la SSGA. "Además, el objetivo de cumplir con los nuevos requisitos de referencia climática debe complicar la construcción de carteras y las estrategias de inversión".

Próximos pasos para los benchmarks ecológicos

Sin embargo, esta conciencia no ha impedido que otros administradores de activos integren las recomendaciones en sus propios planes de transición climática. Un ejemplo es Lombard Odier Investment Managers (LOIM), cuya nueva estrategia de capital verde se basó en el trabajo de la Comisión Europea sobre índices de referencia climáticos y taxonomía verde. "Este es uno de los varios pasos que estamos tomando en toda la empresa para alinear las carteras y capturar las oportunidades de inversión que surgen de la transición climática", dijo Hubert Keller, socio gerente de LOIM.

Desde julio de 2020, varios proveedores ofrecen benchmarks alineados con la Unión Europea. FTSE Russell, por ejemplo, publicó sus índices PAB el 31 de mayo. La serie de benchmarks está diseñada para reflejar el desempeño de los índices bursátiles mundiales, regionales y nacionales, donde los componentes se ponderan alternativamente para buscar la alineación con los objetivos del Acuerdo Climático de París de 2015.

Comprender los requisitos de estos benchmarks es fundamental para tomar decisiones de inversión más acertadas. Y para adecuarlos a los reglamentos técnicos de la UE, es necesario un análisis más profundo de las carteras. Sin embargo, es probable que estas directrices sigan sufriendo algunos ajustes, que deberían abordar, por ejemplo, la forma en que se mide la descarbonización y la prevención del “lavado verde”. ¡Vamos a ver!

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