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July 21, 2022 | TRADING INSIGHTS
¿Es posible alcanzar el net-zero con crecimiento económico?

Una política net-zero requiere amplios cambios de comportamiento y fuertes inversiones para transformar el sistema industrial global. Por lo tanto, para abordar realmente estos desafíos necesitamos un propósito común, que empiece por alejarse de la actual narrativa "catastrofista" para centrarse en las oportunidades y recompensas que se crearán con la descarbonización de la economía.
- El net zero sólo será posible si abandonamos la narrativa pesimista actual y empezamos a valorar las enormes oportunidades que nos esperan en un futuro con bajas emisiones de carbono.
- Las empresas que contribuyen a la mitigación del cambio climático pueden crear millones de nuevos empleos e impulsar la economía. Incluso aquellos sectores en los que la reducción de las emisiones es más difícil pueden obtener beneficios de la descarbonización, ya que los flujos de financiación y los menores costos de capital pueden financiar esta transición y estimular el crecimiento.
- Para desarrollar este potencial, todo el mundo debe desempeñar su papel: no sólo los responsables políticos, los inversores y las empresas, sino también los productores de materias primas, las firmas de trading y, por supuesto, cada individuo. Después de todo, es la única manera de alcanzar los objetivos de net zero y de proteger la economía mundial contra los riesgos climáticos.
Pese a que vivimos en un mundo en el que los acontecimientos son siempre inciertos, hay algo que lamentablemente parece estar garantizado: la crisis climática.
Desde la revolución industrial de hace 250 años, hemos vertido a la atmósfera enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Este incremento sin precedentes del volumen de CO2 ha provocado un aumento inequívoco de las temperaturas globales y ha desencadenado una serie de cambios climáticos que, a su vez, provocan fenómenos meteorológicos extremos y cada vez más devastadores.
En este contexto, y a cada año que pasa, se hacen más complejos los cambios necesarios para que aún tengamos una posibilidad (razonable) de descarbonizar la economía mundial e invertir las tendencias actuales.
Ahora nos queda un plazo muy ajustado para:
● Hacer acrobacias con cambios de comportamiento.
● Cerrar las brechas de inversión necesarias para transformar el sistema industrial del planeta.
● Gestionar el inevitable impacto en los precios.
● Estar atentos a los cambios en los equilibrios geopolíticos y garantizar que la transición no agrave la desigualdad en el mundo.
Net zero y crecimiento económico: ¿una paradoja?
Es innegable: nos enfrentamos a tiempos muy difíciles. Pero a pesar de esta constatación, puede verse que el camino para eliminar las emisiones netas de carbono sigue abierto.
En las últimas décadas, en un intento de captar la atención de la sociedad y mantener el cambio climático en un lugar destacado de las agendas gubernamentales, la ciencia del clima ha construido una narrativa en torno a escenarios catastrofistas.
El problema es que, para una parte considerable de la población mundial, este enfoque no ha tenido mucho efecto y, por consiguiente, tampoco lo han tenido sus representantes electos.
Así, para tener éxito en el cambio de ciertos comportamientos, eliminar las ineficiencias y cerrar la gran brecha de inversiones necesarias para financiar la descarbonización, necesitamos un cambio de paradigma urgente. Es decir, a partir de ahora, el tono tiene que ser diferente, y el enfoque, en las inmensas oportunidades que surgirán de la transición a una economía baja en carbono.
El net zero y el crecimiento económico no son dos realidades contradictorias; la tan deseada reducción de las emisiones de CO2 no conlleva necesariamente una contracción económica. En resumen, el llamado "crecimiento net zero" es más que una posibilidad, es un camino obvio.
Hacia una economía de bajo carbono
El marco normativo aportado por el Acuerdo de París y la orientación derivada de las iniciativas que promueven la transparencia, como el Taskforce on Nature-related Financial Disclosure (TNFD), han generado una mayor seguridad jurídica. Y esto permite que los planes ambiciosos den prioridad a las financiaciones e inversiones que apoyan el camino hacia una economía global net zero.
No cabe duda de que la transición a una economía baja en carbono presenta innegables oportunidades para las empresas que contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático.
Los flujos de capital están financiando los avances tecnológicos indispensables para que el net zero sea una realidad, lo que creará millones de nuevos puestos de trabajo y aumentará considerablemente el crecimiento económico mundial.
Mientras tanto, la inversión sostenible se está volviendo cada vez más predominante, y el rápido crecimiento de los bonos y préstamos verdes son una excelente oportunidad para que las empresas reduzcan los costos de capital y financien su transición.
Y claro, también hay recompensas para las empresas que intenten descarbonizarse, incluso si pertenecen a sectores más críticos como el petroquímico y el de la aviación, donde la reducción suele ser más difícil.
Las industrias siderúrgicas, petroquímica, de aluminio y de cemento, así como el sector de transporte marítimo y de aviación, representan un tercio de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, y aunque sea más complicado controlar las emisiones en estas áreas, no es imposible; podría hacerse con menos del 0,5% del PIB mundial.
Oportunidades y ganancias por delante
Aunque tenemos un desafío gigantesco por delante, net-zero nos traerá buenas oportunidades, pero sólo si somos capaces de evitar la trampa de la polarización que ha caracterizado hasta ahora este debate y desempeñamos colectivamente nuestro papel.
Para ello, es crucial que los formuladores de políticas públicas integren completamente el riesgo climático en la supervisión de la estabilidad financiera, y que conviertan las políticas de adaptación y mitigación del clima en acciones. Y que los inversores, con sus decisiones estratégicas de asignación de activos, sean responsables de acelerar la transición.
Por último, los productores de materias primas, firmas de trading y empresas deben adoptar metas ambiciosas de sostenibilidad y descarbonización, preparando sus modelos de negocio para un futuro impregnado de riesgos climáticos. Y, por supuesto, los individuos deben tener en cuenta los factores climáticos a la hora de adoptar comportamientos de consumo, además de exigir que todos los demás componentes de esta ecuación no eludan sus responsabilidades.
En definitiva, el "crecimiento net zero" no es una paradoja; es el combustible de la apasionante revolución económica que se avecina.